HORROR VACUI

La expresión latina horror vacui ('miedo al vacío') se utiliza en arte para describir aquellas
obras en las que de manera intencionada se muestra una acumulación de elementos decorativos para llenar todos los espacios y eliminar el vacío.


Algunos ejemplos visuales de horror vacui los encontramos en la decoración islámica,
las iglesias barrocas, el rococó y en el diseño de interiores de la época victoriana.


Sin embargo, este recurso estético podemos encontrarlo también en la vida cotidiana actual: tatuajes que cubren gran parte del cuerpo, casas decoradas de forma recargada, discursos que no dejan espacio al silencio, redacciones sin márgenes que dejen respirar el texto, luces de neón coloridas en una gran ciudad…

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EXPERIMENTO 1

Hoy he cogido un papel en blanco y he cronometrado 5 minutos, para poder ver lo que mi imaginación
podía llegar a plasmar en un papel liso y sin ninguna explicación. En el dibujo se pueden ver pequeños
espacios en blanco, ya que 5 minutos es poco para plasmar todo lo que imagino. También he podido
observar que impregné con esa tinta azul algunos de mis sentimientos y pensamientos, como por ejemplo
la música, ya que en estos días es mi mejor compañía. 

EXPERIMENTO 2

Ahora he probado, con los ojos cerrados y sin hacer nada,  con experimentar qué sentía. Lo he superado, aunque creía que no podría, me he relajado, pero me he sentido sola y  con la necesidad de seguir dibujando mis pensamientos, los minutos pasaban bastante lentos y sentía una sensación de que no iban a terminar nunca. Esto me puede haber ocurrido por el hecho que me paso mis ratos, en los que pienso, e incluso estudio,  dibujando todo lo que se me ocurre . Puede ser cualquier cosa, a veces son dibujos geométricos, otras flores y todo lo plasmo en un cuaderno o en una hoja que tenga a mano. 



REFLEXIÓN

“Il dolce far niente”

“Por ese afán de “aprovechar el tiempo”, se ha perdido la posibilidad de disfrutar en lugar de sufrir cuando no se está en alguna actividad” 

Ximena Sanz de Santamaría.

“Literalmente Il dolce far niente en italiano vendría a ser algo así como el placer de no hacer nada. Pero no nos llevemos a engaño. No se trata de perder el tiempo ni hacer la pereza, sino de disfrutar de la vida a través de los pequeños placeres”
Carlos Hidalgo.


“Feliz yo que tendido boca arriba,
sin amo, sin mujer, sin nada de eso,
ni me duelo de Job, ni envidio a Creso,
ni me importa que el diablo muera o viva.” 
Antonio Plaza Llamas


En primer lugar defiendo el aburrimiento y la inactividad, o sea “Il dolce far niente” italiano, porque creo que en este mundo hiperactivo es necesario tener algunos momentos para poder disfrutar de la vida, o sea “carpe diem”. Sería extraordinario poder compaginar


En nuestra sociedad y en concreto en la educación de los jóvenes se ha abusado mucho de la formación, es decir un joven debe saber idiomas, música, tener una amplia cultura en todos los campos del saber, debe saber bailar, patinar, hacer deporte, resumiendo competir.


Siempre se ha criticado a los italiano con su “dolce far niente”, ya que la idea de la sociedad italiana es de ociosidad. Lo mismo ocurre cuando se habla de alguna zona de andalucía y no hace falta mencionar los disparatados comentarios extranjeros con sus críticas sobre “la siesta”.


En mi caso me voy dando cuenta que con todas estas actividades que no me queda ningún momento para el disfrute y el gozo de la vida sin sentirme culpable, sin tener que esconderme, ya que si en algún momento logro escabullirme, enseguida debo salir de mi ensimismamiento.

En conclusión, si acudimos al mundo de la pintura podremos observar muchos lienzos que ensalzan el “dolce far niente”. Aunque en la biografía del pintor inglés John William Godward , autor de cuadros con mujeres descansando y disfrutando de la vida, podemos leer que fue largamente criticado por pintar siempre mujeres ociosas.

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